La entrada
anterior enumera diez fotógrafas a las que no he dedicado el tiempo y la
información que todas se merecen.
Por ello, hoy empiezo con el trabajo de una de ellas, Eva Besnyö.
Es mi deseo continuar exponiendo poco a poco las fotografías de todas estas estupendas profesionales.
Autorretrato.
Budapest. 1929.
Eva Marianna
Besnyö (1910-2003) nació en Budapest en el seno de una familia judía. Su
padre era un abogado llamado Bela Blumengrund que, para tener un poco más de
clientela, cambió su nombre y apellido por otros más húngaros como Bernat Besnyö.
Bernat esperaba
que Eva y sus hermanas asistiesen a la Universidad, pero ella tenía otra idea.
Con 18 años sabía que quería ser fotógrafo.
Ya poseía una pequeña cámara Kodak Brownie y curiosamente tenía entre sus amigos de infancia a un joven también judío y tres años más joven que ella llamado Endré Ernö Friedmann al cual le contagió su amor por la fotografía. Este chico, con el tiempo, se convertiría en Robert Capa, el mundialmente famoso reportero gráfico.
Con 18 años sabía que quería ser fotógrafo.
Ya poseía una pequeña cámara Kodak Brownie y curiosamente tenía entre sus amigos de infancia a un joven también judío y tres años más joven que ella llamado Endré Ernö Friedmann al cual le contagió su amor por la fotografía. Este chico, con el tiempo, se convertiría en Robert Capa, el mundialmente famoso reportero gráfico.
Sombras en el muro.
1929.
Eva y Magda.
Budapest. 1929.
Apoyada por su
tío, Eva Besnyö convenció a su padre para renunciar a los estudios
universitarios y convertirse en aprendiz de fotógrafo.
Finalmente, su
padre accedió y consiguió que trabajase con uno de los mejores de la época, József Pécsi, dueño de un estudio muy considerado en Budapest y especializado en
retratos, publicidad y fotografía de arquitectura.
Durante dos años
Eva trabajó como aprendiz en dicho estudio aprendiendo todos los fundamentos
fotográficos y las técnicas de revelado y positivado.
Adquirió en esos años una
Rolleiflex y una copia del libro que marcaría su carrera fotográfica: El mundo
es bello (Die Welt ist Schon) del fotógrafo alemán Albert Renger-Patzsch. Este
libro fue el comienzo del movimiento de la Nueva Objetividad (Neue Sachlichkeit).
Eva quedó maravillada con el movimiento y quiso formar parte de él.
Así que en 1930, cuando ella tenía 20 años y ya había completado su aprendizaje, se trasladó a Berlín. Berlín le ofreció nuevas formas de pensar, nuevas formas de expresión.
Vio como Renger-Patzsch fotografiaba
cosas y August Sander retrataba personas por lo que Besnyö decidió buscar el
equilibrio entre el enfoque industrial de Renger-Patzsch y el enfoque humano de
Sander, explorando el desordenado territorio existente entre personas y cosas.
Niños jugando.
Berlín. 1930.
Niños.
1930.
El pintor Gyorgy Kepes.
Berlín. 1930.
En Berlín,
encontró trabajo con Peter Weller, quien dirigía una agencia de
foto-reportajes. Era el trabajo perfecto para Eva ya que le permitió retratar
la vida cotidiana tanto en Alemania como en su Hungría natal.
Aunque la mayoría de las fotografías que
realizó en ese periodo iban firmadas por Weller o por el nombre de las
agencias, Eva se encontraba encantada con el trabajo.
Empezó también
en esa época a tener un comportamiento políticamente activo. Junto con
otros fotógrafos (Capa y Moholy-Nagy) e intelectuales asistió a talleres y
conferencias impartidas por la Escuela de Trabajadores marxistas, con la que
colaboró realizando fotografías del mundo obrero berlinés.
Pero siendo
judía y de ideas marxistas, comprendió que el crecimiento del partido
nacionalsocialista alemán no le iba a ser muy favorable por lo que en 1932 se
traslada a los Países Bajos junto al fotógrafo holandés John Fernhout.
El lido de Wannsee.
Berlín. 1931.
Baile en el lido de Wannsee.
Berlín. 1931.
Trabajadores en Alexanderplatz.
Berlín. 1931.
Obrero en un escaparate.
Berlín. 1931.
Carbonero.
Berlín. 1931.
Estibador en el río Spree.
Berlín. 1931.
Stanbergerstrasse.
Berlín. 1931.
Estadio olímpico.
Berlín. 1931.
Niños.
Berlín. 1931.
Plátanos.
Berlín. 1931.
Niño con violoncello.
Lago Balaton. Hungría. 1931.
Niño con violoncello.
Lago Balaton. Hungría. 1931.
Músicos gitanos.
Lago Balaton. Hungría. 1931.
Magda.
Lago Balaton. Hungría. 1931.
Niña sobre un tablón.
1931.
Niña en la arena.
1931.
Botellas.
Budapest. Hungría. 1931.
1932.
Astilleros.
1932.
El circo.
Para todas las fotografías.
Autora: Eva Besnyö.
Autora: Eva Besnyö.
[Sigue en Eva Besnyö, la holandesa húngara-II]
Muy interesante tu blog y esta entrada. Una fotógrafa con vocación y con "muy buenas relaciones de amistad".
ResponderEliminarSus fotos destilan sensibilidad a raudales.
Un saludo
Gracias, Ginebra.
EliminarUna gran fotógrafa, sin duda. Y que lo tuvo claro desde bien joven.
Abrazos!!
Maravillosa. Es muy creativa, en algunas fotos se aprecia que no aspiraba tan solo a captar el momento.
ResponderEliminarLa del pequeño cargando el violoncello es simplemente increíble.
Feliz domingo
Bisous
Habéis dado en el clavo, madame. Jeje.
EliminarSu fotografía más famosa es precisamente la del niño húngaro con el violoncello.
Abrazos!!
Dicen que Capa no se habría dedicado a la fotografía sin el ejemplo motivador de esta mujer.
ResponderEliminarAl igual que la familia Frank, pensó en encontrar el paraíso yéndose a los Países Bajos; pero el paraíso se convertiría en un nuevo infierno por la ocupación nazi.
Un saludo, Enrique.
Efectivamente, Cayetano, como se verá en la siguiente entrada, no estuvo nada segura en Holanda. Todo lo contrario. Se libró por los pelos.
EliminarAbrazos!!
Si Capa se fijó en la fotografía gracias a esta maravillosa artista es lícito difundir su obra porque su nombre ha sido engullido por el paso insondable del tiempo. Su talento se desvela en sus fotos que captan la sociedad alemana de su tiempo en su modernidad. Duros años vendrían después.
ResponderEliminarUn saludo
Capa se convirtió en mito de la fotografía y sobre todo del fotoperiodismo. Entre otras razones porque murió joven y desempeñando su trabajo en una guerra.
EliminarEva no tuvo el carisma de su paisano, pero aún hoy es considerada la gran dama holandesa de la fotografía.
Abrazos, Carmen!!
De la Besnyo me encanta el modo en que maneja los volúmenes y organiza las composiciones de los mismos. Esas sombras que son un elemento más de la imagen, el silencio de las formas y los planos, algunos contrapicados que parecen de cine, hacen intuir que esta mujer estaba innovando en el lenguaje fotográfico.
ResponderEliminarMagnífica Eva.
Saludos!
Una mujer muy inquieta, desde luego.
EliminarY con gran claridad de ideas. No se llega a Berlín con 20 añitos y se convierte en una de las mejores representantes de una nueva visión de la fotografía si no se es especialmente buena.
Abrazos, Charles!!
El talento no se improvisa… y Eva tenía mucho talento para captar la vida y para transmitir sentimientos y sensaciones a través de imágenes. Me gustan mucho las fotos de los niños.
ResponderEliminarMuchos abrazos desde Valencia !
El talento de Eva era innato. Un poco de imprescindible aprendizaje y el resto lo puso ella.
EliminarTenía especial sensibilidad, sin duda.
Me alegro que te encuentres más cerca, Marga.
Abrazos!!