domingo, 22 de marzo de 2015

Eva Besnyö, la holandesa húngara (I).

La entrada anterior enumera diez fotógrafas a las que no he dedicado el tiempo y la información que todas se merecen. 

Por ello, hoy empiezo con el trabajo de una de ellas, Eva Besnyö.
Es mi deseo continuar exponiendo poco a poco las fotografías de todas estas estupendas profesionales.

Autorretrato.
Budapest. 1929.

Eva Marianna Besnyö (1910-2003) nació en Budapest en el seno de una familia judía. Su padre era un abogado llamado Bela Blumengrund que, para tener un poco más de clientela, cambió su nombre y apellido por otros más húngaros como Bernat Besnyö.

Bernat esperaba que Eva y sus hermanas asistiesen a la Universidad, pero ella tenía otra idea.
Con 18 años sabía que quería ser fotógrafo.
Ya poseía una pequeña cámara Kodak Brownie y curiosamente tenía entre sus amigos de infancia a un joven también judío y tres años más joven que ella llamado Endré Ernö Friedmann al cual le contagió su amor por la fotografía. Este chico, con el tiempo, se convertiría en Robert Capa, el mundialmente famoso reportero gráfico. 

Sombras en el muro.
1929.

Eva y Magda.
Budapest. 1929.

Apoyada por su tío, Eva Besnyö convenció a su padre para renunciar a los estudios universitarios y convertirse en aprendiz de fotógrafo.
Finalmente, su padre accedió y consiguió que trabajase con uno de los mejores de la época, József Pécsi, dueño de un estudio muy considerado en Budapest y especializado en retratos, publicidad y fotografía de arquitectura.

Durante dos años Eva trabajó como aprendiz en dicho estudio aprendiendo todos los fundamentos fotográficos y las técnicas de revelado y positivado.
Adquirió en esos años una Rolleiflex y una copia del libro que marcaría su carrera fotográfica: El mundo es bello (Die Welt ist Schon) del fotógrafo alemán Albert Renger-Patzsch. Este libro fue el comienzo del movimiento de la Nueva Objetividad (Neue Sachlichkeit).
Eva quedó maravillada con el movimiento y quiso formar parte de él.


Así que en 1930, cuando ella tenía 20 años y ya había completado su aprendizaje, se trasladó a Berlín. 
Berlín le ofreció nuevas formas de pensar, nuevas formas de expresión.
Vio como Renger-Patzsch fotografiaba cosas y August Sander retrataba personas por lo que Besnyö decidió buscar el equilibrio entre el enfoque industrial de Renger-Patzsch y el enfoque humano de Sander, explorando el desordenado territorio existente entre personas y cosas.

Niños jugando.
Berlín. 1930.

Niños.
1930.

El pintor Gyorgy Kepes.
Berlín. 1930.

En Berlín, encontró trabajo con Peter Weller, quien dirigía una agencia de foto-reportajes. Era el trabajo perfecto para Eva ya que le permitió retratar la vida cotidiana tanto en Alemania como en su Hungría natal.
 Aunque la mayoría de las fotografías que realizó en ese periodo iban firmadas por Weller o por el nombre de las agencias, Eva se encontraba encantada con el trabajo.

Empezó también en esa época a tener un comportamiento políticamente activo. Junto con otros fotógrafos (Capa y Moholy-Nagy) e intelectuales asistió a talleres y conferencias impartidas por la Escuela de Trabajadores marxistas, con la que colaboró realizando fotografías del mundo obrero berlinés.


Pero siendo judía y de ideas marxistas, comprendió que el crecimiento del partido nacionalsocialista alemán no le iba a ser muy favorable por lo que en 1932 se traslada a los Países Bajos junto al fotógrafo holandés John Fernhout.

El lido de Wannsee.
Berlín. 1931.

Baile en el lido de Wannsee.
Berlín. 1931.

Trabajadores en Alexanderplatz.
Berlín. 1931.

Obrero en un escaparate.
Berlín. 1931.

Carbonero.
Berlín. 1931.

Estibador en el río Spree.
Berlín. 1931.

Stanbergerstrasse.
Berlín. 1931.

Estadio olímpico.
Berlín. 1931.

Niños.
Berlín. 1931.

Plátanos.
Berlín. 1931.

Niño con violoncello.
Lago Balaton. Hungría. 1931.

Niño con violoncello.
Lago Balaton. Hungría. 1931.

Músicos gitanos.
Lago Balaton. Hungría. 1931.

Magda.
Lago Balaton. Hungría. 1931.

Niña sobre un tablón.
1931.

Niña en la arena.
1931.

Botellas.
Budapest. Hungría. 1931.

1932.

Astilleros.
1932.

El circo.

Autorretrato.
Berlín. 1932.

Para todas las fotografías.
Autora: Eva Besnyö.


12 comentarios:

  1. Muy interesante tu blog y esta entrada. Una fotógrafa con vocación y con "muy buenas relaciones de amistad".
    Sus fotos destilan sensibilidad a raudales.
    Un saludo

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    1. Gracias, Ginebra.
      Una gran fotógrafa, sin duda. Y que lo tuvo claro desde bien joven.

      Abrazos!!

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  2. Maravillosa. Es muy creativa, en algunas fotos se aprecia que no aspiraba tan solo a captar el momento.
    La del pequeño cargando el violoncello es simplemente increíble.

    Feliz domingo

    Bisous

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    1. Habéis dado en el clavo, madame. Jeje.
      Su fotografía más famosa es precisamente la del niño húngaro con el violoncello.

      Abrazos!!

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  3. Dicen que Capa no se habría dedicado a la fotografía sin el ejemplo motivador de esta mujer.
    Al igual que la familia Frank, pensó en encontrar el paraíso yéndose a los Países Bajos; pero el paraíso se convertiría en un nuevo infierno por la ocupación nazi.
    Un saludo, Enrique.

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    1. Efectivamente, Cayetano, como se verá en la siguiente entrada, no estuvo nada segura en Holanda. Todo lo contrario. Se libró por los pelos.

      Abrazos!!

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  4. Si Capa se fijó en la fotografía gracias a esta maravillosa artista es lícito difundir su obra porque su nombre ha sido engullido por el paso insondable del tiempo. Su talento se desvela en sus fotos que captan la sociedad alemana de su tiempo en su modernidad. Duros años vendrían después.
    Un saludo

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    1. Capa se convirtió en mito de la fotografía y sobre todo del fotoperiodismo. Entre otras razones porque murió joven y desempeñando su trabajo en una guerra.
      Eva no tuvo el carisma de su paisano, pero aún hoy es considerada la gran dama holandesa de la fotografía.

      Abrazos, Carmen!!

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  5. De la Besnyo me encanta el modo en que maneja los volúmenes y organiza las composiciones de los mismos. Esas sombras que son un elemento más de la imagen, el silencio de las formas y los planos, algunos contrapicados que parecen de cine, hacen intuir que esta mujer estaba innovando en el lenguaje fotográfico.

    Magnífica Eva.

    Saludos!

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    1. Una mujer muy inquieta, desde luego.
      Y con gran claridad de ideas. No se llega a Berlín con 20 añitos y se convierte en una de las mejores representantes de una nueva visión de la fotografía si no se es especialmente buena.

      Abrazos, Charles!!

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  6. El talento no se improvisa… y Eva tenía mucho talento para captar la vida y para transmitir sentimientos y sensaciones a través de imágenes. Me gustan mucho las fotos de los niños.
    Muchos abrazos desde Valencia !

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    1. El talento de Eva era innato. Un poco de imprescindible aprendizaje y el resto lo puso ella.
      Tenía especial sensibilidad, sin duda.

      Me alegro que te encuentres más cerca, Marga.
      Abrazos!!

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